Nosotras, las Predicadoras de Cristo y María, fuimos fundadas en Villavicencio, Colombia, en la Arquidiócesis de Villavicencio el 5 de septiembre de 1995. La comunidad ha estado realizando servicio pastoral en la Diócesis de Brooklyn-NY desde 2004. Después de un proceso de discernimiento hecho con nuestros respectivos obispos y después de realizar trabajo apostólico durante más 15 años en diferentes parroquias de la Diócesis, las Predicadoras de Cristo y María, decidimos hacer de la Diócesis de Brooklyn nuestro "domicilio canónico".

La misa de bienvenida se celebró el 5 de septiembre de 2019 durante el 24 aniversario de la fundación de nuestra orden en Colombia. Ese día en la ceremonia, la alegría inundó nuestros corazones al mismo tiempo que entendimos que Jesús nos llamaba para quedarnos en la Diócesis de Brooklyn para servirle. Nuestra Comunidad de Predicadoras de Cristo y María fue fundada como una Asociación Pública de Fieles y pertenece a la Diócesis de Brooklyn, NY, donde eventualmente se consolidará como un nuevo Instituto Diocesano de Vida Religiosa. Es un gran hito para nosotras, ya que si esa es la voluntad de Dios, las Predicadoras de Cristo y María serán la primera comunidad religiosa fundada en la diócesis de Brooklyn y Queens ya que las comunidades religiosas que han estado presentes y que enriquecen y sirven en la Diócesis de Brooklyn fueron fundadas en otros países.

Cambiamos nuestro domicilio canónico; sin embargo, nuestro carisma y apostolado siguen siendo el mismo. Existimos en la Iglesia para anunciar el nombre de Jesús e implantar su cruz en todas las naciones. Nuestro deseo ferviente de que Jesucristo sea conocido, amado y servido en todas las naciones nos lleva a rendirnos incondicionalmente a un estilo de evangelización nueva en sus métodos, en su expresión y en su ardor. Las hermanas Predicadoras de Cristo y María evangelizamos a través de cinco facetas apostólicas que son: la predicación itinerante del Evangelio, los medios comunicación, las artes, la organización de eventos masivos para celebrar la fe y el desarrollo social. Nuestro deseo de evangelizar proviene de la fe por convicción y del fundamento del Magisterio de la Iglesia que nos impulsa para anunciar la necesidad de la conversión a Jesucristo, la necesidad de amarlo, servirlo con fidelidad, y de moderar todo a su palabra.